Es agosto, los termómetros no paran de subir y dificultan la mayoría de las actividades de nuestra vida diaria, como estudiar y trabajar, provocando estrés térmico. Puede que tengas un examen al acabar el verano o estés aprovechando estos meses para formarte y todo te parezca cuesta arriba, pero no te preocupes.
En nt:FOR somos especialistas en diseñar tu plan de formación a medida, pero también en orientarte para que logres tus metas, incluso si hace calor. Las altas temperaturas son enemigas de la concentración. Según algunos estudios, por cada 0,55 grados de más disminuye un 1% el rendimiento en las actividades intelectuales que se realizan.
El calor afecta al rendimiento, hace que las personas se sientan incómodas y lentas, dificultando la concentración y memorización. Esto generará frustración y provocará que aumente la irritabilidad y sensación de cansancio. Si esto ocurre a diario, tendrás que tomar medidas porque puede que estés sufriendo estrés térmico, un conjunto de síntomas físicos y mentales que conviene vigilar.
Diversos estudios, tanto en el ámbito científico como arquitectónico, señalan cuatro variables que pueden desencadenar el estrés térmico en ambientes interiores y exteriores, como la temperatura del aire, que debería ser entre 22ºC y 24ºC en todas las estaciones del año, la humedad relativa del ambiente, la temperatura de los objetos o personas que nos rodean, su material, y el flujo del aire.
El estrés térmico aparece cuando estamos sometidos a una oscilación brusca de temperatura. Puede ser con frío pero también con calor, y resulta peligroso si empiezas a experimentar mareos, visión borrosa, dolor de cabeza, vómitos y sudores fríos.
Si esto ocurre, para tu actividad, hidrátate, descansa y si persisten los síntomas, pide ayuda o atención médica. Lo más importante es evitar con nuestros hábitos llegar a una situación de estrés térmico, por lo que te recomendamos que sigas nuestros consejos.
Tips contra el estrés térmico
- Busca el espacio más fresco. Si estudias en casa, busca la habitación que sea más fresca o más ventilada. Te será fácil identificarla si tienes mascota, porque en épocas de calor eligen la estancia más agradable. Otra opción más agradable es optar por una biblioteca o espacio de trabajo con aire acondicionado.
- Adapta horarios. Elige las horas en las que haga menos calor, como las primeras del día o por la noche. Si no tienes otra opción que hacerlo durante las horas de más temperatura, baja las persianas y ventila cuando refresque. Compra un ventilador, te será de gran ayuda, como los que puede tener cerca como si fuesen un teléfono móvil, portátiles en forma de torre o incluso un pulverizador de agua puede ser útil.
- Refréscate. Ten a mano una botella de agua para hidratarte a pequeños sorbos, evita las bebidas con gas y azucaradas y si tienes un baño cerca, mójate la cara de vez en cuando. Hará que mejore tu concentración y no caigas en un estado de somnolencia.
- Aliméntate correctamente. Una buena alimentación es fundamental para mantener la hidratación idónea, pero siempre con las cantidades correctas. Evita los atracones de comida, porque aumentarán tu malestar, opta por platos ligeros como sopas frías, ensaladas o frutas de temporada.
- Sé realista. En verano es complicado avanzar y cumplir las metas fijadas en tu formación. Fija pequeños hitos para ir alcanzándolos y no eleves el nivel de exigencia.
- Para y descansa. Procura poner pausas y descansos que te ayuden a mantener tu productividad, levántate, da pequeños paseos, bebe agua y cierra un rato los ojos.
- Ponle freno a internet. Intenta optimizar el tiempo para rendir al máximo y evita tareas recurrentes que te roben tiempo, como consultar recurrentemente el correo electrónico, las noticias online o tus redes sociales.
Esperamos que con nuestros consejos consigas todo lo que te propongas, te recomendamos que revises nuestra página de nt:FOR, con los mejores cursos para ti.
¡Feliz verano!